ARTISTAS

»Cuando la vida es dulce, da gracias y celebra. Y cuando la vida es amarga, da gracias y crece» - Shauna Niequist. Usualmente, Alan Pedersen no depende de citas cuando intenta darle sentido a la vida. Sin embargo, esta cita refleja y juega un papel crucial en cómo ha elegido manejar los golpes que la vida le ha dado a lo largo de los años. Así es como se ha enseñado a sí mismo a ver los momentos difíciles como oportunidades para aprender, desarrollarse y transformar la adversidad en algo constructivo. La vida no siempre ha sido amable. Le ha dado golpes muy duros. Perdió a su padre cuando tenía 11 años, y su madre falleció hace casi 10 años, dejándole con una familia biológica muy limitada y sin hermanos. En lugar de dejar que la oscuridad y la pérdida dominaran, Alan convirtió su dolor en un recordatorio de que la vida debe vivirse ahora. "No le tengo miedo a la muerte; le tengo miedo a no vivir mi vida", como él mismo lo describe.

"Recuerdo que mi madre tenía muchas cosas que quería hacer, pero nunca hizo. Creo que mi mayor temor es estar sentado como un hombre de 80 años sabiendo que no seguí mis sueños. El tiempo es el recurso menos disponible que tenemos, y de repente puede ser demasiado tarde. Creo que la pérdida de mis padres me recuerda constantemente que es mejor actuar hoy que esperar hasta mañana", dice Alan.

Por eso, no tuvo dudas cuando le vino la idea de crear NOKUKO. En el pasado, Alan ha tenido otros proyectos emprendedores, pero con NOKUKO, el sentimiento era diferente: casi como una llamada, un sueño emprendedor que simplemente tenía que perseguir.

"Sabía desde el principio que quería crear una plataforma, NOKUKO, donde artistas seleccionados que crean arte de alta calidad pudieran involucrarse y ser animados a participar en la creación. Quería asegurarme de que su arte y pasión fueran bien recompensados. Y mi intención era crear una sinergia, donde la reflexión y la creación colaboraran en la promoción del arte exclusivo y significativo", dice Alan.

NOKUKO reconoce una amplia y bien informada audiencia, que demanda arte y grabados únicos y originales con historias auténticas. Los consumidores conscientes, como describe Alan a su público objetivo, son personas que buscan algo más significativo que solo una pieza de arte.

"Mi objetivo es hacer de NOKUKO un trampolín desde donde nuestros artistas puedan desarrollarse, encontrar inspiración y obtener reconocimiento internacional por su trabajo. Aspira a proporcionar mejores condiciones para llegar a una audiencia más amplia e informada. Este proyecto se basa en una demanda socioeconómica, así como en el deseo de proteger y ayudar a los artistas con los desafíos que yo mismo he vivido", comenta Alan.

Compartir las historias detrás del arte es el enfoque clave de NOKUKO. Para Alan, su arte y fotografías reflejan una necesidad de crear un santuario para pensamientos y sentimientos. Desde su niñez, se sumergió en el dibujo, curioso o acostado mirando las nubes en busca de figuras. Esta pasión lo ha acompañado a lo largo de su vida. Al establecer un espacio creativo, encuentra la oportunidad de introspectar e interpretar la vida cotidiana que lo rodea.

"Casi siento que el tiempo y el espacio desaparecen cuando me encuentro frente al lienzo o al computador. No tengo idea de adónde se van las horas y pierdo completamente la noción del tiempo. Usar el lado creativo del cerebro es una herramienta para entenderme mejor y ver más perspectivas y oportunidades. Esto aplica tanto a nivel personal como profesional. Amplía mi perspectiva, me hace más receptivo a las sugerencias y me da la fuerza para abrirme y desarrollarme. La creatividad es un contraste valioso con mi formación académica en Negocios Internacionales y mi vida estructurada en el ámbito empresarial. Contribuye a crear un buen equilibrio", explica Alan, y continúa:

"Antes, no era tan bueno para abrazar y entender mis sentimientos. A menudo los cerraba y los ocultaba cuando eran demasiado difíciles de manejar. Para mí, esa era la opción más fácil; probablemente debido a mi antigua percepción de orgullo y perfeccionismo. He trabajado para cambiar esa parte de mí mismo, y todavía lo hago. Es un área en la que siempre puedes desarrollarte si lo deseas. En concordancia con esto, mi expresión visual me ayuda de muchas maneras. El arte es un santuario donde el proceso, no el resultado, es lo que importa. Trabajar para ser más abierto también se refleja en el arte que estoy creando ahora".

Además de ser un lugar donde puede reflexionar sobre su vida interior, Alan también utiliza su pasión por la fotografía para satisfacer su curiosidad y capturar pequeños destellos de la belleza de la naturaleza. Compara la fotografía con la pesca: Sales con la esperanza de atrapar el pez grande, pero nunca sabes si eso va a suceder. La luz, el tiempo, el motivo y las condiciones son factores que constantemente influyen y moldean el resultado final.

"Tengo una curiosidad tremenda que me ha llevado a lugares fascinantes, culturas y personas alrededor del mundo. Me trae una gran satisfacción y es una gran inspiración tanto a nivel personal como profesional. Estoy impulsado a encontrar motivos que cuenten historias, historias de la naturaleza, que todos debemos apreciar y proteger, y historias de edificios antiguos, donde generaciones han vivido. Persiguiendo sujetos con mi cámara es casi como un juego para mí. Mis compañeros de viaje a menudo me han visto tomar desvíos de repente o salir en medio de la noche para capturar el motivo adecuado", comenta Alan y se ríe.

No es necesariamente crucial para Alan que el observador de su arte lea una narrativa o un estado de ánimo particular en sus motivos. Tal vez incluso lo contrario: una fotografía o una obra de arte le cuenta al observador lo que quiere ver. Según Alan Pedersen, este es uno de los aspectos fascinantes del arte: la amplia variedad de interpretaciones y gustos proporcionan una base para conversaciones, y no necesariamente necesita explicación para tener sentido para el observador. Puede hablar por sí mismo...